Con los rumores sobre la marcha del polaco a final de temporada se empieza a valorar quién será su sustituto
Con los rumores sobre la posible salida de Robert Lewandowski a final de temporada, en el Barça ya se analiza quién podría ocupar su lugar. A sus 37 años, el delantero polaco no cuenta con el respaldo del club para continuar y, salvo giro inesperado, pondrá fin a su etapa como culé cuando expire su contrato.

La pregunta es inevitable: ¿quién será su heredero?. Las vías son tres: grandes estrellas, apuestas “low-cost” y soluciones internas.
Garantías absolutas
En el apartado de los “soñados”, dos nombres destacan por encima del resto: Julián Álvarez y Erling Haaland. El argentino parece el favorito de buena parte de la afición por su versatilidad, movilidad y capacidad asociativa. El ex-River Plate acumula 7 goles y 3 asistencias en 12 partidos esta temporada, y brilló el pasado curso con 29 goles y 8 asistencias.
Más allá de las cifras, lo que realmente se valora de él es su producción ofensiva global: crea, asiste, presiona y mejora a los compañeros. Puede desempeñarse como delantero, segundo punta o extremo, adaptándose a distintos esquemas, lo que lo convierte en un perfil perfecto para el juego de posesión del Barça.

Formado bajo técnicos de élite como Guardiola, Scaloni, Simeone o Gallardo, ha ganado prácticamente todo y siempre ha rendido en los partidos grandes.
Del otro lado, el “ciborg” noruego. Erling Haaland mantiene registros de otro planeta: 12 goles y 1 asistencia en 9 partidos este año, y 34 goles y 5 asistencias en una “mediocre” campaña anterior.

Sus números hablan por sí solos: rompió el récord de la Premier League con 36 tantos en 35 partidos y compite por ser el máximo goleador histórico del fútbol moderno. Es menos versátil que Álvarez, pero su impacto goleador es incomparable. Su fichaje, eso sí, es el más inasumible económicamente.
Ambos encajan en el perfil Barça: talento, goles y mentalidad. Pero los límites financieros del club marcan la gran barrera de estas operaciones.
Opciones low-cost
Existen alternativas más realistas en el mercado, tanto por coste como por oportunidad contractual.
Los dos principales nombres son Dušan Vlahović y Serhou Guirassy.
El serbio termina contrato con la Juventus esta temporada. Clásico delantero de área, potente y con buena finalización, podría ser un fichaje asumible y una apuesta rentable a medio plazo.

El guineano Guirassy, por su parte, ofrece un perfil distinto: menos móvil, pero muy efectivo dentro del área. Sus números en los últimos años son sobresalientes, y su progresión en el Borussia Dortmund lo coloca como una opción atractiva. Su fichaje requeriría inversión, pero sigue siendo más asequible que los grandes nombres.

También ha surgido una posibilidad emergente: Fisnik Asllani, delantero germano-kosovar del Hoffenheim. A sus 23 años, viene de anotar 18 goles y 8 asistencias en la 2. Bundesliga, y suma 4 goles y 1 asistencia desde su regreso a primera división. Sería una apuesta de bajo coste y podría combinarse con otro fichaje mayor.

Mirar dentro: Ferran y Ansu, la vía interna
La opción más económica y la que más gusta a Deco sería no fichar y apostar por los jugadores actuales. Ferran Torres ha mejorado su olfato goleador, y su versatilidad le permitiría ser una solución puntual en la posición de “9”.
Además, existe la esperanza de un renacer de Ansu Fati, reconvertido a delantero centro si mantiene la regularidad mostrada recientemente.

Sin embargo, parece la opción más difícil a nivel deportivo. Ni Ferran ni Ansu parecen capaces, por ahora, de asumir el peso goleador de un Barça que aspira a todo. Sus cualidades son indiscutibles, pero la cifra de 30 goles por temporada que garantizaba Lewandowski es una carga pesada para cualquiera.
Conclusión
A pesar de su edad, Lewandowski sigue siendo sinónimo de gol y jerarquía. Pero el Barça sabe que su ciclo se acerca al final y necesita preparar un relevo a la altura. Todo dependerá de la salud económica del club y de la visión que Hansi Flick y Deco tengan del proyecto.
La búsqueda del nuevo “9” ya ha comenzado. Y el reto no es solo reemplazar a un goleador: es encontrar al próximo líder del ataque culé.