El Johan Cruyff se vestía de gala para recibir un nuevo partido del FC Barcelona, con la reciente Supercopa de España conquistada aún fresca en la memoria de la afición. Antes del pitido inicial, las jugadoras blaugranas mostraron el trofeo ante su público, en un acto que también coincidió con la celebración del Año Nuevo Chino. Sin embargo, la noche que debía ser de celebración terminó convirtiéndose en una de frustración, con una inesperada derrota ante un Levante que supo aprovechar sus oportunidades.
Este no fue un tropiezo cualquiera: por primera vez en su historia, el FC Barcelona cayó derrotado en el Estadio Johan Cruyff.
Pere Romeu apostó por un once inicial rotativo como nos comunicó de antemano, con Ellie Roebuck en portería, Jana Fernández y Esmee Brugts de laterales, como pareja de centrales y Marta Torrejon e Irene Paredes, vimos a Engen en su posición natural, de pivote, acompañada de Vicky López y Aitana y en la línea ofensiva encontramos a Caroline Graham Hansen, Salma Paralluelo y Kika Nazareth de falso nuevo.

Desde el primer minuto, el Barcelona tomó la iniciativa, imponiendo su habitual dominio en la posesión. La estadística final reflejaría un abrumador 79% de posesión para las de Pere Romeu, pero como ya ha sucedido en otros encuentros, el control del balón no se tradujo en goles.
El Levante, bien plantado en defensa, resistió las embestidas de un Barça que generó múltiples ocasiones pero careció de precisión en la definición. Hansen fue la jugadora más incisiva, buscando desequilibrar con su velocidad y regate. Sin embargo, la primera parte dejó pocas emociones claras más allá de una amarilla para Marta Torrejón en el minuto 42.
Tras el descanso, el Barça intentó aumentar la intensidad, pero la segunda mitad comenzó con un golpe inesperado. En el minuto 50, María Alharilla Casado aprovechó un desajuste defensivo para marcar el 0-1, silenciando a la afición culé. El gol dejó tocado al equipo blaugrana, que siguió controlando el balón pero sin encontrar los caminos hacia la portería rival. La ausencia de Patri Guijarro, lesionada, y la reciente salida de Keira Walsh, vendida, dejaron al equipo sin una referencia clara en la base del mediocampo.
El técnico catalán movió el banquillo en el minuto 60 con un triple cambio: entraron Alexia Putellas, Fridolina Rolfö y Ewa Pajor abandonando el campo las 3 jóvenes Vicky López, Esmee Brugts y Salma Paralluelo para intentar revolucionar el ataque.
También ingresaron Mapi León y Claudia Pina poco después dándoles descanso a Marta Torrejon y Kika Nazareth. Pero a pesar de la entrada de jugadoras de peso, el Barça seguía fallando en la finalización.
Cuando parecía que el Barça aún podía forzar el empate, llegó el segundo golpe del Levante. En el minuto 90+4, Ivonne Chacón culminó un contragolpe letal para el 0-2, dejando al Barça sin margen de reacción. Rolfö logró recortar distancias en el 90+5, pero ya era demasiado tarde. El equipo visitante terminó el partido con una roja a Bascu en el 90+6, pero ni siquiera la superioridad numérica en los últimos minutos sirvió para cambiar el destino del encuentro.
El pitido final certificó una derrota inesperada para el Barcelona, que a pesar de su dominio estadístico, pagó caro su falta de contundencia en las áreas. La pérdida de Patri Guijarro por lesión y la marcha de Keira Walsh abren interrogantes sobre la solidez del mediocampo en los próximos partidos.

Además, esta derrota pone fin a un invicto legendario en el Johan Cruyff, donde el Barça jamás había caído desde su inauguración en 2019. El Levante entra en la historia como el primer equipo en lograr lo que nadie había conseguido hasta ahora.
El Barça deberá levantarse rápidamente de este tropiezo y recuperar su eficacia si quiere evitar más sobresaltos en la temporada. Por su parte, el Levante se lleva una victoria de prestigio, demostrando que en el fútbol no siempre gana el que más domina, sino el que mejor aprovecha sus oportunidades.