El delantero del Barça ha protagonizado una entrevista en 60 Minutos donde habló con sinceridad sobre su vida, su fútbol y sus aspiraciones: desde su elección de jugar con España hasta su forma de ver la fama, la presión, e incluso lo que espera en su vida fuera del césped.
Declaraciones que muestran su personalidad
Lamine fue claro cuando le preguntaron sobre las comparaciones con Lionel Messi.
“Le respeto por lo que ha sido… pero no quiero ser él”, dijo con convicción.
Dejó claro que su objetivo no es imitar, sino destacarse por su estilo.
Sobre nacionalidades y su lealtad futbolística, confesó que aunque valoró la opción de representar a la selección de su origen familiar, finalmente siempre tuvo claro que quería jugar por España:
“En el momento de la verdad nunca dudé”, afirmó, con cariño y respeto hacia Marruecos.
Acerca de la presión mediática y de ser una figura pública desde muy joven, Lamine fue honesto: admitió que salir con normalidad ya no existe. Comentó que su entorno le aconseja prudencia:
“Si quiero salir: ‘no’. Si digo que quiero salir a comer: ‘no’.”
Pero confesó que, curiosamente, no considera que jugar al fútbol implique presión: la presión para él es otra (la que vivió su familia para salir adelante), así que afirma que no siente estrés por ser jugador.
Al definir su fútbol, Lamine lo hizo con una palabra sencilla pero poderosa: “divertido”. Dijo que juega para que la gente disfrute, no persigue récords, sino que quiere que los niños lo vean como inspiración, que lo vean como diversión.
Finalmente, repitió su ambición mundialista: con apenas 18 años, sueña con un Mundial con España, convencido de que su selección tiene posibilidades, y que él quiere aportar.
De Rocafonda al estrellato: una historia de superación
Lamine habló también de su origen humilde: creció en Rocafonda, un barrio modesto al norte de Barcelona, y su entorno ha marcado su identidad. Relató cómo empezó a dar sus primeros toques en una “cancha de cemento” y cómo su familia, a pesar de las dificultades, apostó por su talento.
Esa historia lo ha convertido, en pocos años, en una de las caras más reconocidas del fútbol mundial. Pero en la entrevista, más que presumir, Lamine deja claro que valora el trabajo y el amor por el juego por encima de todo.
Qué significa esto para el Barça
Para el Barça, esta entrevista sirve para dos cosas: reafirmar a Lamine como estrella global del club y para ‘lavar la imagen’ que se tenía de aquel Lamine.
Dentro del vestuario, su discurso también libera presión: un joven talento que reconoce su juventud y que valora su entorno. Eso puede ayudar a consolidar un proyecto de equipo donde nadie se cree intocable, pero todos trabajan.
Además, su elección de España y su convicción de representar a la selección con orgullo le dan a la afición una conexión emocional fuerte, algo clave en la relación entre jugador, club y afición.
Futuro: Demostrar con hechos
Lo dicho en 60 Minutos no es solo una entrevista más, es una declaración de intenciones. Lamine Yamal aspira alto, sueña fuerte, pero no olvida de dónde viene. Su honestidad y su forma de relativizar la presión contrastan con la imagen que algunos sectores habían construido sobre él. Por eso, tras estas declaraciones tan transparentes, la gran pregunta que queda en el aire es inevitable:
¿Volverá a ganarse el corazón de los que creían que era altivo con estas declaraciones? El tiempo, su fútbol y los resultados dirán si este es el punto de inflexión.
