El nuevo rey del FC Barcelona, y destinado a ser la referencia del fútbol mundial
En un fútbol cada vez más táctico, donde los nuevos jugadores parecen casi automatizados y donde la presión mediática aprieta antes de que los jóvenes se puedan desarrollar, hay excepciones que desafían toda lógica. Lamine Yamal, con apenas 17 años, no solo es una de ellas, es probablemente el talento más puro que ha visto el Barça desde los tiempos de Lionel Messi.
Hablar de Lamine no es hablar solo de una revelación. Es hablar de una comprensión del juego que pocas veces se ve, incluso en futbolistas ya consagrados. Es analizar cómo, con la inocencia y descaro de un adolescente pero la madurez y toma de decisiones de un veterano, ha logrado convertirse en una pieza fundamental para el FC Barcelona y empieza a ser un pilar de la selección española.

Nacido en 2007, Lamine Yamal es otro gran talento de La Masía, esa fábrica de sueños que ha dado al mundo futbolistas como Xavi, Iniesta, Busquets y, por supuesto, Messi. Pero si algo distingue a Lamine ,es la naturalidad con la que ha ido pasando por cada categoría de fútbol formativo, como si el peso de la edad no le importara.
Debutó con el primer equipo del Barça con solo 15 años, convirtiéndose en el jugador más joven en vestir la camiseta azulgranaen partido oficial. No hizo falta ver muchos minutos para dejar claro que lo suyo no era un debut puntual, sino el inicio de una nueva era.
Ver jugar a Lamine Yamal nos da una sensación entre nostalgia y esperanza. Nostalgia, porque recuerda a ese fútbol de calle, de regates imposibles y el descaro sin filtro. esperanza, porque nos demuestra que ese fútbol no ha muerto. Su zurda es mágica, pero más aún lo es su capacidad para leer espacios, asociarse, y decidir con inteligencia en situaciones de presión. Muchos lo comparan con Messi, pero ver jugar a Lamine, recuerda a un extremo brasileño que también jugó en el Barça, y que dicho por él, es su ídolo. Ver jugar a Lamine, es recordar los regates y atrevimiento que tenía Neymar, ese talento natural para hacer con el cuerpo y el balón en los pies, cosas que parecen salidas de un videojuego.

En una época donde muchos extremos se han convertido en piezas automatizadas de sistemas, Lamine demuestra ser muy diferente. Casi todo lo que hace, lo hace con un motivo, no dribla por driblar, ni frena la jugada por frenar. Su entendimiento del juego está a un nivel muy alto.
Mientras todos nos preguntamos si está preparado para afrontar las críticas, las portadas alabando o criticando su rendimiento, y todo el ruido que genera su nombre, él demuestra partido tras partido que está enfocado en hacer lo mejor pase lo que pase fuera del campo.
Esta temporada con Flick, ha acabado de dar el paso que le pedían para ser de los mejores del mundo, con sus goles en los momentos más difíciles y sus asistencias maravillosas, Lamine se encuentra en la discusión del podio por el famoso Balón de Oro.
Lamine Yamal no es una promesa. Es una realidad. Con actuaciones decisivas en LaLiga, la Champions y ya como internacional absoluto, ha demostrado que no necesita tiempo, sino confianza .Tiene la capacidad de liderar una nueva generación de futbolistas españoles. Una generación que no solo juega bien, sino que no tiene miedo. Ni al qué dirán, ni a los rivales, ni a la historia.

Este sábado, en un partido decisivo contra el Real Madrid, veremos de lo que es capaz el extremo, porque en los grandes partidos, los grandes jugadores aparecen.