Este viernes 5 de diciembre a las 18:00, en el John F. Kennedy Center de Washington D.C., se celebrará el sorteo que definirá la fase de grupos del Mundial 2026, una edición histórica con 48 selecciones distribuidas en 12 grupos de cuatro. Para España, cabeza de serie y una de las selecciones más regulares del ciclo clasificatorio, será el primer paso hacia un torneo donde las expectativas vuelven a situarse en lo más alto.
España, cabeza de serie y con ambición reforzada
La Selección Española llega al sorteo impulsada por varios factores clave: una clasificación solvente, un grupo joven pero ya experimentado, y un proyecto que transmite madurez y personalidad competitiva. El rendimiento mostrado, con una amplia diferencia de goles y una plantilla de garantías, ha situado a España en el Bombo 1, reservado a las potencias del fútbol mundial.

Ser cabeza de serie supone un alivio estratégico: evita a varias selecciones de primer nivel desde el inicio y permite un arranque, en teoría, más accesible. También garantiza que España no coincida con Argentina, la vigente campeona del mundo, hasta una hipotética final.
Sorteo: ¿amable o trampa?
Aunque el Bombo 1 reduce riesgos, el Mundial 2026 esconde numerosos escenarios inciertos. La ampliación del torneo introduce combinaciones inéditas, y el Bombo 2 presenta selecciones que, por nivel real, podrían ser perfectamente cabezas de serie.
Equipos europeos en plena ebullición, selecciones sudamericanas imprevisibles y países africanos con generaciones ascendentes pueden convertir cualquier grupo en un desafío desde el primer segundo.

Además, la normativa permite que dos selecciones europeas coincidan en el mismo grupo, por lo que España podría enfrentarse a una rival de su confederación en la primera fase.
El abanico va desde un grupo amable, que facilite rotaciones y una clasificación cómoda, hasta un grupo trampa que exija la mejor versión de España desde el debut.
¿Cómo llega España al gran sorteo?
Más allá de los números, España se presenta como una selección sólida, reconocible y en crecimiento constante. Con un mediocampo de alto nivel, talento ofensivo en expansión y una defensa más estable que en ciclos anteriores, el equipo combina juventud, dinamismo y experiencia competitiva.
La expectativa es clara: superar la fase de grupos con autoridad y posicionarse como candidata real a luchar por el título. El sorteo determinará la dificultad del camino inicial, pero no la ambición de una selección que ha demostrado estar lista para competir con cualquiera.
Sea cual sea el resultado del sorteo, España llega como lo que es: una de las selecciones llamadas a ser protagonista en 2026.