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La Masía y la Roja: inseparables


Pedri, Lamine Yamal y Ferran lideran a una selección que juega como los ángeles. Igual que en 2008-2012, el FC Barcelona “presta” su identidad a toda España.

Viene de lejos

El fútbol español vivió su época más gloriosa entre 2008 y 2012, con una generación que ganó Eurocopa – Mundial – Eurocopa, siendo la última selección en lograrlo. Todo bajo un estilo inimitable: posesión, paciencia, dominio absoluto del balón.

Hoy, más de una década después, La Roja parece haber encontrado su versión 2.0. Y, como entonces, hay un denominador común: el ADN de La Masía y el sello del FC Barcelona.

Fotografía: Pedri y Yamal en el Turquía España del domingo.
Fuente: El Confidencial

Once y banquillo con muchos tintes azulgranas

Las comparaciones son odiosas, pero inevitables. Desde que Puyol, Piqué, Busquets, Xavi e Iniesta dejaron la Selección, siempre se ha buscado quién pudiera tomar su relevo. Hasta 2012, los dos centrales sumaban más de 200 internacionalidades entre ambos (100 de Puyol y 102 de Piqué), mientras que Busquets alcanzó los 143 partidos y Xavi e Iniesta llegaron a los 131 y 133. Estaban rodeados de grandes futbolistas, sí, pero la «manija» del equipo siempre fue suya.

La salida de balón de Piqué y el carácter de Puyol se reflejan hoy en Pau Cubarsí, pese a su juventud. Todo apunta a que será quien lidere la zaga junto a Huijsen en el próximo Mundial. Y lo que más sorprende, quizá, es que el centro del campo vuelva a tener un marcado protagonismo culé, como en los años dorados. En el centro del campo, el testigo lo lleva Pedri, que ya ejerce de faro como en su día lo hicieron Xavi e Iniesta. A su lado, Gavi (cuando esté recuperado) y Rodri completan un triángulo de élite.

Fotografía: Once de España en la final de la Eurocopa de 2012.
Fuente: Sports Ilustrated.

La polivalencia de Dani Olmo, ojito derecho de De la Fuente, añade desequilibrio y calidad tanto de titular como desde el banquillo, recordando al rol que tuvieron Pedrito o Fàbregas en su día.

En ataque, Ferran Torres sigue creciendo y se transforma cada vez que se enfunda la camiseta de España. Con 21 goles como internacional, empieza a recordar a David Villa, que entre 2010 y 2013 dejó 48 tantos en el Barça y fue clave en la Selección.

Pero la gran sorpresa es Lamine Yamal. Con apenas 17 años, no tiene comparación posible: su desparpajo, verticalidad y goles —como el que marcó ante Francia en semifinales de la última Eurocopa— deciden partidos y campeonatos. A su lado, Nico Williams completa un ataque joven, eléctrico y atrevido.

Fotografía: Gol de Lamine Yamal contra Francia en las semis de la Euro 2024.

Incluso en la portería se vislumbra aroma culé: aunque todavía no es fijo, Joan García apunta a ser el heredero natural bajo palos. Nadie olvidó lo decisivo que fue Víctor Valdés en aquella primera generación dorada.

La identidad que vuelve

España gusta, divierte y enamora. Con jugadores formados en La Masía, guiados por un entrenador como Luis de la Fuente que no renuncia al legado del «tiki-taka» nacido con Johan Cruyff y perfeccionado por Pep Guardiola, el estilo vuelve a ser seña de identidad.

En 2024, la Eurocopa parecía una utopía… y se conquistó con autoridad. El Mundial 2026 está a la vuelta de la esquina. ¿Quién se atreve a decir que no es posible?

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