En los últimos años, FC Barcelona y Atlético de Madrid han compartido más vínnculos de los esperados. Casos como los de Antoine Griezmann o Luis Suárez marcan un precedente reciente: caminos cruzados con desenlaces muy distintos. Ahora, el nombre que vuelve a unir ambos escudos es el de Julián Álvarez, aunque su llegada a Can Barça empieza a perder fuerza.

El delantero argentino, tras dos temporadas como rojiblanco, apareció en el radar azulgrana como una opción de futuro. Juventud, movilidad y gol lo convertían en un perfil atractivo. Sin embargo, el contexto económico y deportivo del conjunto catalán ha ido enfriando una operación que, hoy por hoy, presenta más dudas que certezas.
Lewandowski, la llave… pero no la solución
La dirección deportiva del Barça, con Deco al frente, trabaja con vistas a reforzar el ataque a medio plazo (2027/28). Robert Lewandowski, con 37 años y futuro aún por definir, obliga al club a mirar hacia delante, pero sin repetir errores del pasado: fichajes desproporcionados, salarios desorbitados y desequilibrios en el vestuario.
En ese escenario, Julián Álvarez parecía encajar por edad y talento. El propio jugador no cerró la puerta públicamente, aunque siempre rebajó el ruido mediático:
“Se habla más de lo que realmente ocurre”.
El Metropolitano, punto de inflexión
El duelo liguero ante el Atlético fue clave. Con la cúpula culé atenta, el argentino no logró marcar diferencias ni dejar una sensación determinante. Esa actuación, unida a una cláusula de 500 millones (con posible negociación a partir de 200), complica seriamente su aterrizaje.

Además, el Barça tiene claro su modelo: el proyecto gira alrededor de Lamine Yamal y Pedri. El delantero que llegue deberá asumir un rol sin galones absolutos ni egos que alteren la armonía.
Operación en pausa
A día de hoy, la llegada de Julián Álvarez no está descartada, pero sí muy lejos de ser prioritaria. El interés existe, aunque las condiciones actuales empujan la operación a un segundo plano.
En el Barça, la ambición sigue intacta, pero la prudencia manda. Y eso, de momento, aleja al argentino del Camp Nou.