Si hay un crack que está sorprendiendo en este arranque es Ferrán Torres. Acabó la temporada bastante fino, pero lejos de ser lo que hoy se perfila como realidad: el 9 del Barcelona y de la Selección.

Aprovechar los muchos o pocos minutos: una de sus bazas
Aterrizó en la 21/22 y apareció en 35 partidos de Liga, sumando 2.060 minutos sobre el campo. En los años siguientes, curiosamente, los minutos han sido menos y los goles, más. Eso solo demuestra una cosa: su efectividad está siendo infinitamente mayor. No necesita mucho, de hecho, menos que la mayoría, para ser decisivo. 7 goles en sus primeros años, 11 en el tercero. El pasado, 18; su récord hasta la fecha. Además, asiste. Tiene una incidencia mayor que cualquiera de los que le acompañan en el ataque.
Con España, ya acumula 22 tantos en 49 encuentros. Ha vivido distintas etapas con La Roja y sus titularidades se cuentan como pocas en las citas importantes, pero sí es un fijo en las convocatorias. Es, además, la moneda de cambio favorita de los seleccionadores: casi siempre es el primer o segundo cambio. En Qatar sí disfrutó de más protagonismo, pero llegó la Euro 2024 y solo en una ocasión partió de inicio. Fue campeón, pero sin estar tan presente como Morata e incluso Oyarzabal.

Ahora, probablemente parte como uno de los favoritos para estar de inicio en el Mundial 2026, y hacerlo como alguien ya consagrado y con mucha experiencia con esta camiseta, capaz de ayudar a los más jóvenes.
Su mentalidad, clave
Durante bastante tiempo se ha dicho que su nivel no era nivel Barça y hasta se le ha puesto en la puerta de salida. No se le encontraba un sitio fijo ni un rol que justificase su traspaso por 55 millones desde el City, que le convirtieron en el décimo fichaje culé más caro. Probablemente, han sido la confianza de su actual técnico Luis Enrique en su momento y el trabajo invisible (del que el propio jugador ha hablado sin tapujos), lo que ha revertido la situación.

Puso sobre la mesa el hecho de que un chaval joven no tiene por qué ser capaz de aguantar críticas y burlas feroces y constantes, y ha trabajado con profesionales la autopercepción y la motivación. Alejarse de las redes sociales ha sido básico. Esas que, a día de hoy, lo encumbran más que otra cosa.
Evolución y mejoría constante
El 7 extremo que llegó al Barça ya no lo es tanto. Se le ve más cómodo como delantero, muy cerca del área y con un disparo solvente. Más fino y técnico que nunca en su juego, en su posición y en la facilidad para dejar a sus rivales atrás con grandes desmarques y velocidad. Aunque genera gran cantidad de ocasiones, su rol parece tender al de falso 9 o 9 puro. Su polivalencia es tal que podrá ir adaptándose y variar según el rival y los jugadores con los que cuente Flick.
Esta temporada, en 5 partidos ha visto portería en 4 ocasiones y ha dado una asistencia. Pero lo más relevante es que por sus botas ha pasado gran parte del peligro y la amenaza para sus rivales. El valenciano, al que se le consideraba casi como una moneda de cambio para traer a un gran delantero, es esa figura a día de hoy
Presente en duelos de altura
Si bien está más enchufado que nunca, su huella ya está en noches importantes para el cuadro barcelonista. En febrero de este año, le endosó un hat-trick el primero y único a su club de origen, el Valencia. Lo hizo en media hora y en Mestalla, llevando a su club a las semifinales de la Copa del Rey.

Fuente: Mundo Deportivo.
En la temporada regular, encabezó la remontada contra el Atlético de Madrid estando en juego el liderato de la tabla saliendo desde el banquillo. Con dos goles, puso el 2-2 y lograron remontar. Un partido de locura y de los más bonitos del curso pasado.
También en la Champions, y en un momento complicado para el FC Barcelona, el ex del City cabeceó un gran centro de Pedri y mantuvo vivas las opciones de superar la eliminatoria.
¿Dónde estará el techo de un jugador del que es difícil decir si es mejor cuando es revulsivo o parte de inicio?