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Ellas quieren seguir haciendo historia: algo al alcance de pocos


Un palmarés y un estilo inconfundibles

En clave de fútbol femenino no hay discusión: ellas son las mejores. Y, en gran parte, son también quienes han puesto al fútbol femenino español en lo más alto y en boca de todos. No sólo el FC Barcelona es testigo de ello, sino también la Selección española, que se nutre en gran medida del Barça y de la Masía.

El palmarés habla por sí solo: 10 Ligas, de las cuales 6 son consecutivas, 3 Champions League y 5 finales disputadas —siendo además el primer y único equipo español en llegar en esta competición—, 11 Copas de la Reina y 5 Supercopas de España, las cuatro últimas de manera consecutiva.

Fotografía: Foto del once inicial del primer partido de la 25/26.
Fuente: Web Barça Femenino

Y aunque los títulos son importantes en el fútbol y lo que cuentan son los goles, el juego importa (y mucho). En eso, también son las mejores. Al final, lo primero es consecuencia de lo segundo, y las jugadoras de este equipo son la fiel imagen de lo que el FC Barcelona ha abanderado siempre: el buen juego de asociación y toque, el dominio del balón y de los partidos y la calidad que nace en el centro del campo y nutre al resto del equipo.

Las protagonistas de un engranaje perfecto

Por eso tienen el mejor centro del campo del mundo y a las dos jugadoras españolas que han ganado el Balón de Oro: Alexia Putellas y Aitana Bonmatí. Referentes no sólo para las niñas que sueñan con ser futbolistas, sino para cualquier deportista. Y capitanas dentro y fuera del campo.

Y ellas no están solas, ni mucho menos. Patri Guijarro completa un engranaje perfecto y totalmente de la casa. En ataque, un tridente de ensueño: Claudia Pina, la polaca Ewa Pajor y la noruega Caroline Graham Hansen. Por si fuera poco, la portera titular es también la número uno de España (Cata Coll) y la defensa, liderada por Irene Paredes y Ona Batlle, fue la menos goleada de Europa la pasada temporada. Además, el banquillo de Pere Romeu cuenta con futbolistas que serían titulares en muchos equipos de la Liga F.

Entonces, ¿qué más se les puede pedir?

Quizá el reto más importante sea superarse a sí mismas, y hacerlo pese a las bajas tan sensibles que se han producido durante el mercado de verano. El fair play no lo está poniendo fácil y eso, principalmente, ha provocado la salida de jugadoras relevantes como Fridolina Rolfö, Ellie Roebuck, Ingrid Engen, Jana Fernández, Bruna Vilamala o Martina Fernández. Una de las pocas incorporaciones —aunque de gran calidad— ha sido la de Laia Aleixandri, llegada a coste cero. A cambio, jóvenes como Clara Serrajordi han irrumpido para aportar presente y futuro al club. Se trata de un mal necesario, pero que también deja entrever el relevo generacional que, por mucho que duela, todos los equipos deben asumir, especialmente los que temporada tras temporada están sometidos a tanta exigencia.

Fotografía: Marc Vivés, Xavi Pui, Aitana y Laporta en la renovación de la dos veces Balón de Oro.

Tampoco es un asunto menor que jugadoras como la capitana Alexia Putellas, Cata Coll, Mapi León o Salma Paralluelo acaben contrato en 2026 y, por ahora, no exista una propuesta de renovación clara. Mucho menos una certeza de continuidad: hoy, todas ellas están en la casilla de salida. Su temporada, su voluntad y la del club determinarán qué ocurre. Quizá gran parte del éxito no dependa únicamente de los títulos, sino también de poder seguir contando con ellas y lograr esa sinergia perfecta entre juventud y veteranía. El equilibrio hecho vestuario. Así lo quiso destacar el director deportivo, Marc Vivés, al admitir que “de momento, las renovaciones para 2026 serán los grandes refuerzos esperados”.

El fútbol no entiende de pasado… ni de dificultades

Ante todas las bajas (9) y las pocas incorporaciones (2), la gran baza del equipo sigue siendo lo que las identifica: un estilo de juego fiel a dominar el balón y llevar siempre la voz cantante en cada partido. Y eso lo saben bien el entrenador Pere Romeu y su staff, que afrontan su segundo año al mando tras una primera temporada en la que conquistaron 3 títulos importantes (Liga, Supercopa y Copa de la Reina) y alcanzaron la final de la Champions League, que sigue siendo el gran objetivo. No en vano, en las competiciones nacionales su superioridad es evidente: sólo el Atlético de Madrid, rival histórico y muy consolidado, y un Real Madrid en crecimiento —al que han derrotado en 20 de 21 ocasiones— parecen capaces de ponerlas en aprietos en el largo plazo.

En Europa, sin embargo, la historia es distinta. Olympique de Lyon, Chelsea —vigente campeón de la Champions—, Arsenal y Wolfsburgo son amenazas reales. Son los rivales que se interponen entre el Barça y la verdadera gloria: hacer historia en la máxima competición y consolidarse como las mejores a ojos del mundo.

¿Es un reto a su alcance o mayúsculo para un equipo tan mermado cuantitativamente pero con tanta calidad?. El fútbol nos dará la respuesta.



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