Después de una larga espera, Raphinha volvió a los terrenos de juego… y en apenas tres partidos ha demostrado que su impacto va mucho más allá del gol. Su regreso no solo mejora al Barça: lo ordena, lo acelera y lo vuelve más competitivo. Por eso su presencia es mucho más relevante de lo que dicen los números.
La pieza clave para flick
Un futbolista del nivel de Raphinha encajaría en cualquier contexto, pero es con Hansi Flick donde ha encontrado su mejor versión. El sistema del técnico alemán presión alta, líneas muy adelantadas, agresividad tras pérdida exige extremos que no solo ataquen, sino que entiendan el juego defensivo desde la táctica.

Y ahí, Raphinha es diferencial. Presionar no es correr. Presionar es leer, orientar, cerrar líneas y obligar al rival a equivocarse. El brasileño domina esas tres fases: sabe cuándo ir, cómo orientar la acción y hacia dónde forzar la jugada para que los blaugranas recuperen.
Eso, sumado a su potencia física, su compromiso y su carácter competitivo, lo convierte en un arma única en el sistema Flick.

Raphinha bajo la lupa: el caso Atlético de Madrid
El partido contra el Atlético es el ejemplo perfecto. Raphinha jugó 72 minutos y, mientras estuvo en el campo:
- El Barça recuperó 6 balones en su sector.
- Provocó 4 pérdidas del Atlético.
Sin él, las cifras descendieron de forma clara. (Recuperaciones del FCB en azul, Atlético de Madrid en naranja)

Vía: WhoScored

Vía: WhoScored
Los mapas defensivos muestran que el “sector Raphinha” es la zona donde los culés recupera más, ya sea por acciones directas suyas o por recuperaciones facilitadas por su presión inteligente. No se trata solo de estadística: se trata de estructura.
Con Raphinha, el equipo presiona mejor, más arriba y con mayor facilidad para robar.
Además de su impacto colectivo, sus acciones individuales refuerzan el análisis:
- 1 despeje
- 2 recuperaciones
- 1 pase bloqueado
- 1 entrada exitosa
No son cifras propias de un delantero… sino de un defensor adelantado. Y eso es exactamente lo que Flick quiere: un extremo que lidere la presión.

El extremo… que defiende como un central
Raphinha no es solo el atacante que más trabaja sin balón: es uno de los mejores defensores del equipo en fase de presión. Su agresividad ordena al bloque, su lectura corrige desajustes y su intensidad obliga al rival a jugar incómodo.
Su partido ante el Atlético no fue una casualidad: fue un recordatorio de lo que aporta en cada encuentro. Y explica por qué Flick insiste en él incluso por encima de los goles y asistencias.

Porque lo que Raphinha genera no se mide solo con cifras, sino con el orden colectivo que construye alrededor.
El desafío: que el equipo le acompañe
Lo único que necesita el brasileño es que el resto del equipo acompañe su nivel de exigencia. Su presión es efectiva, pero solo funciona si todo el bloque se activa con la misma intención.
Cuando eso ocurre, el conjunto catalán se vuelve un equipo mucho más fiable, más agresivo y más dominante.

Raphinha ha vuelto. Y con él, un Barça más competitivo en cada metro del campo.