El pasado sábado pasará a la historia del Barça: fue el día en que el equipo volvió a jugar en su casa tras 909 días fuera, con un Camp Nou renovado y limitado, pero cargado de emoción. El partido contra el Athletic Club (4-0) no fue solo un triunfo deportivo, sino una celebración del reencuentro entre el barcelonismo y su templo.
El largo exilio: casi tres años fuera de casa
El Barça no jugaba en su estadio desde el 28 de mayo de 2023, lo que significa 909 días sin fútbol local en el Camp Nou. La interrupción se produjo por las obras masivas del Espai Barça, que transforman el estadio en una versión moderna y más ambiciosa.
Gracias a la licencia de la fase 1B, se aprobó un aforo parcial de 45.401 espectadores, que permitió la reapertura para este partido.
Asistencia e impacto en las gradas
El partido reunió 45.157 aficionados, según los datos oficiales del club, prácticamente al tope del aforo permitido para esta fase. Aunque el estadio aún no está terminado, la reanudación fue simbólica: se habilitaron las gradas de Lateral, Tribuna y Gol Sur, mientras la parte alta (norte) sigue en obras.
Para muchos socios y aficionados, fue más que un partido: fue un “regreso a casa”, una ocasión para reconectar con la identidad del club en un momento clave.
El partido: goleada, dominación y regreso triunfal
Resultado: Barça 4-0 Athletic en el primer partido oficial tras el regreso.
- Robert Lewandowski marcó el primer gol del nuevo Camp Nou.
- Ferran Torres anotó un doblete decisivo.
- Fermín López completó la fiesta con el cuarto tanto y, cumpliendo su partido número 100 con el club.
- Joan García regresó como titular tras recuperarse, y mantuvo la portería a cero.
Un significado profundo para el barcelonismo
Este retorno se vivió como un símbolo: “Tornem a casa”, dijo el club cuando anunció el partido. Para Joan Laporta, presidente del Barça, fue una “puesta en escena histórica”: el estadio renace en medio de grúas, pero con la alma intacta.
El público respondió con emoción y respeto, reconociendo que esta reapertura parcial es solo el primer paso de una nueva era para el Barça físico y espiritual.
A pesar de la presencia de grúas y zonas aún en construcción, el estadio retornó con un diseño que combina lo antiguo y lo nuevo: se respetó parte de la estructura original (tribunas bajas) como homenaje a su legado.
más que un partido, un renacer
La obra no ha acabado, el estadio no está completo, pero ese día quedó demostrado que lo esencial —la pasión, la historia y el sentimiento— sigue más vivo que nunca.
Un Camp Nou que vuelve, poco a poco, con la mirada puesta en un futuro ambicioso, pero manteniendo la memoria de su pasado.
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