El conjunto de Hansi Flick afronta una fase de grupos exigente con rivales de peso, viejos conocidos y salidas complicadas en Europa.
Newcastle United FC
Visitar St. James’ Park será el primer gran reto. Quinta vez que ambos se cruzan en Europa: 3 victorias del Barça y solo una de los ingleses. 22 años después, las “Urracas” regresan a escena con un proyecto sólido. Con Eddie Howe, el Newcastle apuesta por un 4-3-3 en ataque y un 4-5-1 en defensa, con presión alta y estrategia a balón parado como señas de identidad.

En la última Premier, encajaron apenas un gol por partido. La marcha de Isak al Liverpool FC reduce su pegada, pero el centro del campo con Tonali y Bruno Guimarães mantiene el nivel. Con un estadio convertido en caldera, será uno de los rivales más duros del grupo.
Paris Saint-Germain
El adversario más temido. El morbo está servido: Luis Enrique vuelve al Camp Nou y Ousmane Dembélé podría reencontrarse con la afición culé. Hace dos temporadas, los parisinos eliminaron al Barça en cuartos, y ahora buscan repetir. Su libreto es claro: 4-3-3 ofensivo, extremos muy abiertos y un bloque alto que aprieta la salida rival.

Si Doué y Dembélé llegan a tiempo, reforzarán un ataque temible. El reto para Hansi Flick será explotar los espacios que deje la defensa adelantada, confiando en la velocidad de Lamine Yamal y Raphinha. Duelo directo de estilos parecidos, que mide a dos entrenadores con gusto por el control y la posesión. El Camp Nou, si está listo, puede ser un factor clave.
Olympiacos FC
Tercer enfrentamiento en la historia ante el Olympiacos, con balance favorable para el Barça (una victoria y un empate). El regreso de José Luis Mendilibar a España añade morbo. El técnico alterna un 4-2-2 y un 4-3-3, siempre buscando balones largos y centros laterales para incomodar en lo aéreo. Esa será la gran prueba para la zaga de Flick.

Su estrella es Ayoub El Kaabi, autor de 18 goles en liga y 7 en Conference League, un delantero que vive del suministro de Rodinei, carrilero derecho que firmó 9 asistencias el curso pasado. Aunque no tienen la calidad individual de otros rivales, su intensidad y juego directo pueden complicar el trámite si el Barça no impone ritmo desde el inicio.
Club Brugge KV
22 años después de que Iniesta debutara en Europa ante el Brujas, los culés vuelven a medirse al conjunto belga. En 2003, el Barça sumó dos victorias, pero el presente muestra a un equipo competitivo bajo las órdenes de Nicky Hayen. Su esquema más habitual es un 4-3-2-1, con posesión paciente y presión alta. Su objetivo es encerrar al rival poco a poco, sin dejar espacios.

Las grandes amenazas son el capitán Hans Vanaken, motor del equipo y especialista en segunda línea, y Christos Tzolis, delantero incisivo que aporta goles y asistencias. Con el empuje del Jan Breydelstadion, será un rival incómodo, especialmente si el Barça no logra imponer un ritmo alto de circulación para desarmar su bloque medio.
Chelsea FC
Duelo histórico: será la 15ª vez que se enfrenten. El balance es casi parejo, con seis empates y cuatro victorias para cada lado. El último partido en Stamford Bridge acabó 1-1, pero todos recuerdan el mítico Iniestazo de 2009. Con Enzo Maresca, el Chelsea ha recuperado solidez. El técnico apuesta por un bloque rocoso, organizado en defensa, pero capaz de transformarse en un equipo ofensivo con variantes en todas las líneas.

Figuras como Enzo Fernández, Nkunku y Sterling dan dinamismo arriba. En casa, empujados por su afición, suelen crecer y convertir cada duelo en batalla física. Para el Barça será probablemente la salida más complicada de toda la fase, clave para medir sus opciones de liderar el grupo.
Eintracht Frankfurt
El recuerdo de la eliminación en Europa League aún duele. Ahora, el Eintracht Frankfurt llega a Champions con la misma receta: contraataque rápido, juego vertical y mucha intensidad. Su esquema se apoya en defensa de cinco y salidas veloces por banda. Sin embargo, atrás muestran carencias, con un sistema vulnerable si el rival circula rápido. Ahí el Barça puede marcar diferencias. Destacan el capitán Robin Koch, pilar de la zaga, y el extremo Ritsu Doan, jugador incisivo en el uno contra uno.

La afición alemana convierte cada partido en un hervidero, pero si el Barça muestra solidez y evita pérdidas peligrosas, debería imponerse. No deja de ser un rival trampa, con capacidad de sorprender si encuentra espacios.
SK Slavia Praha
El Eden Arena vuelve a recibir al Barça tras cinco temporadas. El Slavia Praha siempre compite con intensidad: juega con tres centrales y dos carrileros, lo que asegura solidez defensiva y densidad en campo propio. En su liga local se mantiene invicto y crece aún más como local, donde apenas concede. Su estilo se basa en la presión agresiva, los duelos físicos y un bloque compacto que busca salir rápido al contraataque.

El Barça deberá tener paciencia para abrir espacios y no caer en la trampa de un partido lento y enredado. Si no logra golpear pronto, el Slavia puede complicar el escenario y rascar puntos que al final de la fase de grupos podrían ser muy valiosos.
FC København
El último partido de la fase llevará al Barça a Dinamarca. El FC København, dirigido por Jacob Neestrup, suele organizarse en un 4-3-3 de posesión pausada, con construcción lenta desde atrás y largas secuencias de pase. Eso obliga a los rivales a presionar alto, pero si no lo hacen bien, les encierra en campo propio.

En ataque, Thomas Delaney lidera desde la base con experiencia y criterio, mientras que Youssoufa Moukoko es la referencia ofensiva, rápido y peligroso al espacio. En el Parken Stadium, el equipo danés crece y se hace fuerte. Será un cierre exigente, que puede determinar si el Barça avanza como primero, como segundo o incluso se complica la clasificación en la última jornada.
Conclusión: un grupo exigente, pero a la altura del Barça
La fase de grupos de esta Champions League presenta al FC Barcelona un camino lleno de trampas y grandes escenarios. Newcastle, Chelsea y PSG son rivales de máxima exigencia, con estadios calientes y estilos de juego que pondrán a prueba la solidez del equipo de Hansi Flick. A su vez, compromisos ante equipos como Olympiacos, Brujas, Eintracht, Slavia o København esconden peligros menos mediáticos, pero igualmente capaces de complicar el pase si no se afrontan con la seriedad debida.
El objetivo no es otro que clasificarse como primero de grupo, recuperar la confianza en Europa y confirmar que este Barça puede volver a competir con los grandes. El reto está servido y, como siempre en la Champions, cada detalle contará.